El Cierrón de La Reboria

Localización

Castiello, parroquia de Valle, Piloña

Denominación

Castiellu, Peleón, Cierrón de la Reboria, Prau Castiellu. De todos estos topónimos el más interesante es el de Peleón, (en la actualidad unas casas en la vertiente Norte aunque antiguamente abarcaba toda la colina) por su similitud con el topónimo Paelontium, el controvertido núcleo poblacional citado por Ptolomeo en el siglo III d. C como capital de los luggones. Tradicionalmente, y sin más fundamento que el toponímico, ha sido identificado con el pueblo de Belonciu. 

Historiografía

Aunque identificado y reconocido el 24 de agosto de 1959 por José Manuel González y Fernández Valles, no fue incluido en la Carta Arqueológica del concejo de Piloña realizada por Enrique Arnau Basteiro en 1986. El 5 de septiembre de 2018 fue depositada por Eduardo Pérez-Fernández su ficha en la Consejería de Educación, Ciencias y Deportes del Principáu d’Asturies para su inclusión en el inventario arqueológico provincial como Zona de Riesgo Arqueológico. 

Régimen de Protección Legal

Pendiente de su inclusión en Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias (IPCA) con Zona de Riesgo Arqueológica.

Descripción Arqueológica

El posible asentamiento se sitúa en las cercanías del pequeño núcleo de Castiellu, al NW del pueblo de Valle, tratándose de una colina de relieves suaves que se levanta en la confluencia de los ríos Piloña y Valle, con una altura máxima de 248.67 m.s.n.m. Mediante el uso de varias herramientas de análisis geográfico y la posterior visita al lugar se han identificado una serie de elementos que insinúan la posible naturaleza defensiva del lugar. El más destacado es el imponente talud térreo sobre el que se asientan las casas de Castiello, en el frente más accesible de la colina, el septentrional, con una longitud de más de 180 metros, una media de 12 metros de altura y orientación NE-SW. A sus pies, donde se levantan las casas de Peleón, es probable la existencia de más estructuras defensivas complementarias como un posible gran foso muy colmatado (quizás el reconocido por González en 1963) y otro potente terraplén en la actualidad afectado por las obras de la N-634.

En el extremo opuesto, el SE, en la collada que une el Cierrón al resto de la sierra, se abre una gran vaguada o posible foso sobre el que se levanta un talud; su recorrido parece seguir ladera abajo, hacia el N a lo largo de unos 135 metros. Los frentes meridional y occidental están protegidos por las defensas naturales que a modo de farallones escalonados forman los materiales mesozoicos de los que está compuesta la colina y que protegen el conjunto a lo largo de unos 500 metros. Por último, aunque muy afectado también por la acción antrópica, se intuye la existencia de otro posible talud protegiendo el sector NE. Todos estos elementos delimitan un espacio con unas dimensiones mucho mayores a las normalmente documentadas en los castros asturianos, mostrando un eje mayor que podría alcanzar hasta los 465 metros de longitud y otro menor de entre 250 y 170 metros. 

Cultura Material

A parte de un enterramiento en cueva y el hallazgo de un hacha pulimentada (Martínez Hombre, 1964) y la referencia a un «hacha francisca» (Paula Mellado, 1862) localizada en el lugar, ambos sin confirmar, la concentración de restos arqueológicos  documentados en un radio de unos 3 kilómetros en torno a este posible enclave es una realidad que no debe pasar desapercibida. En una enumeración superficial destacar el hallazgo de hasta 8 piezas escultóricas con decoraciones de tipología definida como castreña: una en San Juan de Berbio, cinco en San Román y otras dos en Antrialgo. De posible cronología prerromana son también las famosas diademas aúreas de jinetes halladas en Moñes, así como la reciente identificación y relación de otras más en Villamayor. De periodo romano, una inscripción epigráfica en Villamayor, la referencia de diversos autores a la aparición de monedas romanas en L’Infiestu y de instrumentos romanos de laboreo y ornamentales así como explotaciones mineras de cobre en Valle, Cardes y Peña Ferrán (Villa Valdés, 2010). También habría que destacar la excavación arqueológica de una necropolis tardoantigua con importantes restos materiales; curiosamente, se localiza a apenas dos kilómetros del Cierrón de la Reboria, en Argandenes, lugar relacionado historiográficamente con los luggones arganticaenos, oferentes en una lápida romana del siglo I d.C. que se conserva en la iglesia parroquial de Grases, Villaviciosa. 

Periodización

La hipotética identificación con Paelontium, el núcleo poblacional citado por Ptolomeo en el siglo III d. C como capital de los luggones, podría sugerir una fase ocupacional en época romana.  

Estado de conservación

Diversas explanaciones y rellenos por uso agrícola de la colina. 

Leyendas y tradiciones

El entorno del Cierrón de la Reboria poseé una potente carga mitológica y legendaria ya desde el siglo XIX. Así, el parroco local Manuel A. Obín Barreda (1801-1802) en su informe para el Diccionario Geográfico-histórico de España de Martínez Marina, refiere que «Pocos años hace que se acabaron de demoler dos castillos como 800 varas más abajo del Ynfiesto, uno en la parte del norte del río frente a los campos que llaman Peleón y otro a la parte del sur junto al lugar de Mestras.»

Francisco de Paula Mellado (1862) comentaba que «largo tiempo se marcha a orillas del Piloña, y cerca de un cuarto de legua del vado de Piealla se encuentra una colina denominada Peleon, que, según las tradiciones del país, sirvió de teatro a un reñido combate entre los moros, y los primeros caballeros y peones que seguian a Pelayo antes de la batalla de Covadonga. No ha pasado aun mucho tiempo desde que un labrador desenterró en aquel sitio con la punta de su arado, una hacha de dos cortes semejante a aquellas que usaban los guerreros francos y que de su nombre se decían franciscas”.

Bellmunt y Canella (1894-1900) también refirieron que, según autores como Mariada y Caunedo «aquel sitio fue lugar de reñido combate entre los moros y primeros campeones que seguían á Pelayo antes de la inmortal jornada de Covadonga. No hace mucho tiempo, asevera el mismo escritor asturiano, que el hierro del arado desenterró en aquel punto un hacha de dos cortes (francisca), semejante a las que usaban los guerreros francos.»

Constantino Cabal en su obra Covadonga (1918) también habla de una batalla en Peleón, según la cual “Un ejército de moros que aguardaba en Infiesto a los de Alcama, supo de su derrota y se espantó, pero acordó defenderse. En la cuestina de Roces estableció el campamento; y en cuanto vio llegar a los cristianos, preparose a luchar y a perecer. Los cristianos llegaban fatigados, llenos de sangre y de polvo, deseosos de quietud… D. Pelayo les habló, y vio que apenas podían tener la espada y levantar la lanza. Llenose de desaliento y escondió entre las manos la cabeza… Entonces, vio un relámpago de luz…vio a la Virgen encima de una roca… oyó una voz divina que decía: -confía en mí, que no te desamparo… (…) En la roca de la Virgen quedaban las señales de sus pies… La batalla comenzó. Los cristianos arrollaron a los moros… El lugar de la batalla se llama desde entonces Peleón; la roca de las señales se llama hoy El Patallo de la Virgen”. El mismo autor también comenta en la llamada leyenda de La Peste con la que se intenta explicar el nombre de L’Infiestu y en la de la Caldera, que «(…) Abderramán levantó contra D. Pelayo otro ejército magnífico. Con él llegó a este lugar (L’Infiestu); estableció su campamento a la vera de los montes: construyó ocho fortalezas a la vera del campamento…».

 

Bibliografía

ARNAU BASTEIRO, E. (1988): «La ecuación toponímica Paelontium/Beloncio» Memorias de Historia Antigua, Nº 9. pp: 137-152

BELLMUNT y TRAVER, O. & CANELLA Y SECADES, F. (1900) Asturias I, Piloña.  Pp:371-401

CABAL, C. (1918). Covadonga: ensayo histórico-crítico. Pp.165-166

CABAL, C. (1953). La Asturias que venció Roma (Estudio Histórico-Crítico) Diputación de Asturias, Instituto de Estudios Asturianos del Patronato José M. Quadrado (CSIC)

GONZÁLEZ Y FERNÁNDEZ-VALLES, J. M. (1976), Miscelánea Histórica Asturiana. Oviedo. pp.109

MARTÍNEZ HOMBRE, E. (1964) Vindius. El lado septentrional clásico de Hispania. Madrid. Pag. 116 a 118. 

OBÍN BARREDA, M. A. (1801, ed. 2019): en Francisco Martínez Marina. Papeles para el Diccionario geográfico-histórico de Asturias. Tomo II, Piloña. Edición de Florencio Friera Suárez. KRK Ediciones. pp:954-996

PAULA MELLADO DE, F. (1849):  Recuerdos de un viaje por España. Tomo II. Establecimiento tipográfico de Francisco de Paula Mellado. Madrid. Pp. 123

PÉREZ-FERNÁNDEZ, E. (2018): El Cierrón de la Reboria. Ficha inédita depositada en la Consejería de Cultura del Principado de Asturias. 

VILLA VALDÉS, A. (2010): «El oro en la Asturias Antigua: beneficio y manipulación de los metales preciosos en torno al cambio de era.» en Cobre y Oro. Minería y metalurgia en la Asturias prehistórica y antigua. RIDEA. Oviedo. Pp. 83-125 

 

 

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