
Vista general del Ordiyón (Imagen: Eduardo Pérez-Fernández © 2021)
Localización
Sardea, parroquia de Cerecéa, Piloña
Catalogación
Identificado como recinto fortificado por Eduardo Pérez-Fernández, siendo entregada el 5 de septiembre de 2018 su correspondiente ficha en la Consejería de Educación, Ciencias y Deportes del Principáu d’Asturies para su inclusión en el inventario arqueológico provincial. Aún no ha sido añadido al Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias (IPCA).
Régimen de Protección Legal
Pendiente de su inclusió en Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias (IPCA).
Descripción
El Ordeyón es un cerro de 314 metros de altitud que hace de linde de las parroquias de Borines, Miyares y Cereceda, en la vertiente meridional de la Sierra del Sueve.
2018, Pérez-Fernández, E.
El yacimiento tiene como principales características su pequeño tamaño, su emplazamiento en la misma cima de la elevación expuesto a todos los vientos y la simplicidad de sus estructuras defensivas. Una simple muralla define un recinto de tendencia ovalada de unos 45 x 25 metros en torno a la pequeña cima, con un espacio intramuros dominado por el lapiaz de unos 735 metros cuadrados.

Recinto y derrumbes de la muralla (Imagen: Eduardo Pérez-Fernández © 2021)
Una línea de canchales rodea la cima desde el flanco septentrional hasta el sector suroeste, a lo largo de 30 hacia el sur, delatando la ruina de una muralla. Su ancho es difícil ya que no se aprecian lienzos originales internos ni exteriores. Sin embargo, parece que podría alcanzar en torno a los dos metros de ancho.

Derrumbes de la muralla de El Ordiyón (Imagen: Eduardo Pérez-Fernández © 2008)
Dicha estructura muraria ha sido totalmente desmantelada en su avance hacia el SW, quedando en apariencia como una terraza de unos 2 metros de ancho y una longitud de 32 metros. De ella apenas se aprecian algunos derrumbes unos metros más abajo, finalizando su trazado en unos farallones del sector oriental de la elevación. La ladera orientada al NW carece de estructuras defensivas artificiales, ya que se aprovechó el lapiaz y la pendiente como defensas naturales.
También se identificaron los derrumbes de una posible estructura pétrea en la vertiente septentrional, a una cota inferior; sin duda responde a un origen más moderno, un puesto de tirador que habría que relacionar con la línea de trincheras que rodean el promontorio a una cota más baja que la muralla.

Derrumbes de puesto de tirador de la Guerra Civil en el frente septentrional (Imagen: Eduardo Pérez-Fernández © 2008)
Levantadas durante la Guerra Civil, consisten en una serie de zanjas talladas en la caliza, con una profundidad de medio metro que se adaptan a la pendiente. Si bien fueron abiertas en la roca madre, en algunos casos debieron reutilizar los materiales de derrumbe de la muralla para levantar unos parapetos externos como delata la falta de derrumbes en el frente suroccidental del promontorio.
En posible relación con el yacimiento y a una cota inferior en la ladera oriental, también se han localizado dos minas en galería para la extracción de cobre. Se observa numeroso material de extracción en la boca mina. Aunque pueden ser del siglo pasado, no podemos descartar un origen anterior, quizás en relación con el asentamiento fortificado en la cima del Ordeyón.
Periodización
Es muy complicado establecer el carácter de este pequeño asentamiento fortificado sin más datos que nos ayuden a precisar ese aspecto. Podría tratarse de un puesto de observación y control del valle de Borines, debido al privilegiado lugar que ocupa. También podríamos proponer una funcionalidad relacionada con la extracción de mineral, ya que las minas de cobre se encuentran a poco más de cien metros.

Una de las trincheras del Ordiyón (Imagen: Eduardo Pérez-Fernández © 2008)
Estado de Conservación
Parte de sus defensas fueros reutilizadas para la construcción de las trincheras de la Guerra Civil.

Vista general de El Ordiyón. (Imagen: Eduardo Pérez-Fernández © 2018)
Leyendas y Tradiciones
Aurelio de Llano se refiere a la Cueva de Orbiyón, donde habitaba una mora encantada:
Los moros cogieron prisionero a un vecino de Sardea, concejo de Piloña, y lo llevaron a Argel. Allí estuvo muchos años cautivo, y un día le dijo su amo:
-Te has portado muy bien conmigo, y para premiar tus servicios te concedo la libertad.
Desde ahora eres libre. Toma esta caja, vete a tu pueblo, y la víspera de San Juan, al dar las doce de la noche, te presentas en la cueva de Orbiyón, que está en el puerto Sueve, abres la caja, coges un pan que hay dentro de ella y dirás:
-Mora encantada, toma el pan que te envía aquel que esperas.
Si te portas bien serás rico, pero no abras la caja antes de estar junto a la cueva.
Llegó el hombre a Sardea, y su mujer entró en curiosidad por saber lo que había en la caja, la abrió y probó el panecillo.
Cuando el hombre fue a la cueva a llamar a la mora y vio que no salía, dijo:
-Por culpa de mi mujer, la mora se queda aquí encantada y yo dejo de ser rico.
(Llano, 1922:90)
Bibliografía
LLANO Y ROZA DE AMPUDIA. A. (1922): Del folklore asturiano. Mitos, supersticiones, costumbres