
Vista general de La Peña Mancobiu, (Imagen: Eduardo Pérez-Fernández © 2017)
Localización
Villar de la Peñe, parroquia de Les Arriondes, Parres
Catalogación
Desde el siglo XVIII ya se tiene constancia de restos antiguos en este lugar (Madoz, 1985:149; Martínez Hombre, 1966:254) que posteriormente serán relacionados con las fortificaciones medievales de La Forcada y Fíos (Prado, 1971 y 1974 y el asentamiento de guarniciones romanas (Cabal, 1953: 94). Durante la elaboración del inventario arqueológico del concejo, se reconoció su carácter fortificado y se definieron las características exteriores (Estrada, 1993:ficha 17) reinterpretándose el mismo junto a otros del oriente asturiano como castros (Camino y Viniegra, 2002:23).

Modelo 3D realizado con una imagen con fecha del 09/10/1956 obtenida del Vuelo Americano Serie B, 1956-1957 del IGN (Fotomontaje: Eduardo Pérez-Fernández © 2021)
Régimen de Protección Legal
Incluido en el Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias (IPCA) del 23 de diciembre del 2013 y en el Catálogo Urbanístico de Parres.
Descripción
Se localiza en un pequeño macizo calizo de forma alargada al W de la confluencia de los ríos Piloña y Sella, justamente sobre la localidad de Les Arriondes. Desde sus 291 metros de altura se tiene un amplio dominio visual sobre esta franja de la depresión prelitoral asturiana, hasta el valle de Cangues d’Onís. El enclave abarca la cima de dicho conjunto calizo, con una orientación en sentido E-W. Por los extremos enlaza con otros cerros calizos de cota inferior, estando limitado por los costados por empinadas laderas, casi vertical la meridional.
2002
La delimitación del recinto principal es señalada por los abundantes derrumbes de una posible estructura muraria, muralla o restos de torre, que se dispersan en torno a la cima, por las laderas oriental y parte de la septentrional, dando lugar a un espacio de planta ovalada de unos 55 metros el eje E-O y en torno a cerca de 45 metros el N-S. El espacio de hábitat estaría en la ladera oriental, inmediato a la cima, donde se dispone un pequeño llano ligeramente inclinado de forma triangular de unos 20 metros de largo por 10 de ancho (Camino y Viniegra, 2002:23).

Recinto de la Peña Mancobiu, desde el E (Imagen: Eduardo Pérez-Fernández © 2017)
Las estructuras defensivas del yacimiento se ubican escalonadamente en las vertientes N, E y W, ejerciendo la escarpada ladera meridional como defensa natural. En el frente occidental el más externo e inferior es un foso que arranca de la ladera meridional, discurriendo hacia el NE a lo largo de unos 55 metros y girando hacia el E unos 20 metros ya como pequeño talud. Su ancho ronda en torno los 3 a 4 metros, siendo precedido por un talud paralelo de unos 4 metros que culmina un amplio aterramiento de unos 50 metros de largo y un ancho de unos 7 metros.
Más arriba, tras una pendiente que no llega a los 20 metros, se abre otra terraza o posible foso parejo a los anteriores, que parece finalizar en la ladera septentrional. Justo antes de la cima, se reconocieron otras dos terrazas o posibles fosos escalonados, el inferior de apenas 40 metros de recorrido y el superior, justo por debajo de los derrumbes de la cima, alcanza los 120 metros y parece que pudiera seguir su recorrido por la ladera septentrional hacia la oriental con un trazado rectilíneo, donde se bifurca en otros dos fosos, uno que avanza hacia el E durante 50 metros más, paralelo y otro que con un giro hacia el S avanza por la ladera oriental otros 80 metros más.

Aparato defensivo escalonado de la Peña Mancobiu desde el W (Imagen: Eduardo Pérez-Fernández © 2007)
Este foso, es posible que rodeara toda la cima, alcanzando un recorrido total de 250 metros, incluidas sus dos bifurcaciones. En la base del frente oriental, justo en la collada que une el cerro con otro más pequeño, se reconoció otro foso apenas perceptible y que posiblemente se uniría al anterior (Camino y Viniegra, 2002:23).
La gran cantidad de derrumbes en torno a la cima parecen provenir los restos de una muralla o bastión que pudo rodear la cima a modo de corona. La falta de derrumbes en el sector oriental pudo deberse al aprovechamiento de unos crestones que pudieron sustituir a la muralla, a modo de escalón natural Camino y Viniegra, 2002:23).

Conjunto de taludes de la Peña Mancobiu desde el sector occidental (Fotomontaje: Eduardo Pérez-Fernández © 2017)
1993
Denominado también como “Castillo de Mancobio”, sus elementos defensivos se distribuyen en las vertientes N, E y W, quedando la escarpada meridional como defensa natural. En el frente occidental se documentan tres taludes escalonados, con unas dimensiones de 47 metros y una altura de 3 metros para el inferior. El intermedio sería el más largo, con unos 78 metros de longitud y una altura de 6 metros, uniéndose en su extremo septentrional a otro talud transversal.
El talud superior presenta una altura de 2,5 metros y una longitud de 48 metros, con una dirección NE-SW. En la vertiente septentrional del promontorio reconocieron dos taludes, el transversal, de grandes dimensiones, unos 160 metros de longitud, 3,8 metros de anchura media e interrumpido unos 15 metros al W por un afloramiento rocoso, y otro de 2 metros de ancho y 62 metros de longitud.

Talud inferior del frente occidental del recinto fortificado de Peña Mancobiu (Fotomontaje: Eduardo Pérez-Fernández © 2017)
El sector oriental estaba defendido por otro talud de 53 metros de longitud y un ancho de 3 metros. En este mismo espacio, se documentó un pozo de planta ovalada de 2,5 x 3,4 metros que pudo haberse realizado durante la Guerra Civil.
En torno a la cima, se aprecian “abundantes restos de mampuesto irregular de caliza” que fueron interpretado como los “vestigios de una primitiva edificación”, de posible filiación medieval. (Estrada, 1993:Ficha 17)

Fotomontaje del aparato defensivo de Peña Mancobiu realizado con un MDT y una fotografía aérea del 2003, Fuente: Google Earth (Montaje: Eduardo Pérez-Fernández © 2020)
2014
Es denominado como “poblado de grandes dimensiones, ca. 150 x 50 m. de forma alargada y tipología de “castro en corona”. Su aparato defensivo consta de “un conjunto de aterrazamientos fortificados en las vertientes Este y Oeste, que se alternan con 2 contrafosos y varios fosos de pequeño tamaño en el sector Oeste, desde donde se accede más fácilmente al castro.
Los más extensos se encuentran en “la zona superior, donde además se localiza un amplio sector de derrumbes, huella de algún tipo de defensa principal junto a la zona de hábitat.” Además de sus grandes dimensiones, este autor sugiere que “la mayor parte del yacimiento podría estar ocupado por estructuras defensivas, y no por amplias zonas de hábitat.” (Fanjul,2014:154)
Periodización
Ha sido interpretado como fortificación altomedieval (Estrada, 1995:238) aunque las últimas revisiones lo categorizan como castro (Camino y Viniegra, 2002:23; Fanjul, 2004:102-103).
Estado de Conservación
Durante la elaboración del inventario arqueológico ya se avisaba de la existencia en la ladera N de la Peña Villar de una cantera de gran envergadura que, aunque no le afecta en la actualidad directamente, podría hacerlo en el futuro (Estrada, 1993).

Avance del frente de la cantera por la ladera septentrional del promontorio, unos metros por debajo de los elementos defensivos (Imagen: Eduardo Pérez-Fernández © 2010)
Leyendas y Tradiciones
Se desconocen.
Bibliografía
CABAL, C. (1953) La Asturias que venció a Roma.
CAMINO MAYOR. J. Y VINIEGRA PACHECO. Y. (2002) Los castros de la fastera oriental d’Asturies. Asturies, memoria encesa d´un país 14, págs. 20-33.
ESTRADA GARCÍA, R. (1993): Carta Arqueológica del concejo de Parres. Ficha 17. Consejería de Cultura del Principado de Asturias. No publicada.
ESTRADA GARCÍA, R. (1995) Reseña del inventario arqueológico del concejo de Parres. En: Excavaciones arqueológicas en Asturias 1991-94. 1ª edición. Oviedo: Servicio de Publicaciones del Principado de Asturias; p.236-238
FANJUL PERAZA, A. (2004). Los Castros de Asturias, una revisión territorial y funcional.
MADOZ, P. (1985) Diccionario Geográfico, Estadístico e Histórico… Vol III, pp. 149. Reedición Editorial Ambito. Valladolid.
MARTÍNEZ HOMBRE, E. (1966) “Notizias de un peregrino de Oviedo a Covadonga. 1759; pp. 254 de la versión mecanografiada.
PRADO, R. (1971) “Fortalezas de la Reconquista. Se descubre el triángulo defensivo de Arriondas: Forcada, Mancobio y Fios”. La Peruyal.
PRADO, R. (1974) “Las probables fortalezas del Rey Pelayo (718-737): La Forcada, Mancobio , Fios, Las Torres”. La Peruyal.