
La Punta la Talá, Llanes (Imagen: Eduardo Pérez-Fernández © 2015)
Localización
También conocido como Punta la Torre o Punta de Jarri, se localiza al W de Llanes, en la parroquia del mismo nombre.
Catalogación
Identificado como recinto fortificado por Hernán del Frade y Rubén Figaredo en 2002. Incluido en el Catálogo de castillos y fortificaciones medievales y modernas de Asturias (Proyecto CASTELLA) de 2011 coordinado por Avelino Gutiérrez González.
Régimen de Protección
Incluido en el Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias (IPCA) del 23 de diciembre 2013. Su situación en el Catálogo Urbanístico de Llanes de 2015 es confusa pues no aparece en el listado de Bienes Culturales del Concejo pero sí en el Plano de Información de PGOU de Llanes con la denominación IPCA-137.
Descripción
Ubicación en un promontorio costero en forma de península recortada por acantilados en todas sus vertientes salvo en la meridional y SW. Desde el lugar se tiene un amplio control visual de la rasa.
2007: Pérez-Fernández, E. y González Montes, B.
Recinto de medianas dimensiones y planta triangular que presenta unas dimensiones de unos 107 x 100 metros. Su espacio interno es bastante plano y apto para el hábitat, alcanzando una superficie intramuros de 5.400 m². En el extremo septentrional del recinto, sobre los acantilados, se aprecian los restos de una torre de vigía de unos 6 metros de cronología más reciente.

Planimetría con representación de las estructuras reconocidas a partir de datos LIDAR (PNOA 2012) (Diseño: Eduardo Pérez-Fernández © 2020)
Sus elementos defensivos se concentran el punto más accesible, el brazo de tierra que une la península con el continente en el sector S-SW y consisten es un foso muy colmatado entre dos taludes o parapetos también muy erosionados. Estos elementos cortan el acceso al recinto a modo de barrera desde acantilado a acantilado a lo largo de unos 130 metros marcando un trazado ligeramente curvo.
Reconocido el 28 de Febrero de 2007 y, posteriormente, el 8 de septiembre de 2015 por Beatriz González Montes y Eduardo Pérez-Fernández.

La Talá desde el SW . (Imagen: Eduardo Pérez-Fernández © 2015)
2007a: Camino Mayor, J.
Según Jorge Camino Mayor, el recinto presenta una superficie interna “cuasi pándana, con traza triangular perdebuxada, y tayada en tola so contornada por un frente de cantil d’unos 50 m d’altor. La so estensión pue algamar unos 5000 m².»
Dentro de éste, en su extremo septentrional refiere la existencia de un “muriu trabáu con argamasa que sedría parte d’una construcción circular cuasi desaniciada dafechu.” Con un diámetro de unos 6 m estos restos son atribuidos a un “turrexón o vixía del que falen delles fontes de tiempos non llonxanos, como’l Diccionario de Madoz y los Derroteros Marítimos.”

Detalle del parepeto y el foso colmatado desde dentro del recinto. (Imagen: Eduardo Pérez-Fernández © 2007)
El sistema defensivo se localiza en el sector meridional del promontorio costero, donde “na cuestiquina na que remata’l relieve, el tarrén presenta unos sucos acombaos lliniales y paralelos que, con un trazáu narquiáu mui regular, van de cantil a cantil torgando’l pasu a la península. Magar que los perfiles seyan persuaves y d’unes dimensiones pequenes, nun hai dubia qu’eses güelgues correspuenden a obres antigües de fortificación ente les que pue distinguise un fuexu seguíu d’un parapetu o turria pel interior, amás d’una contraescarpa pel esterior. Atopóse tamién una entrada en rampla, iguada n’oblicuo, escontra’l terciu más oriental de la defensa, facilitada pola frañaúra d’ésta en recoldu. En total, la llonxitú de la muria defensiva ta penriba’l centenar de metros.”
En algunos sectores del terraplén interno se aprecian una serie de amontonamientos que pueden ocultar los cimientos de una muralla pétrea, de la que aún se observan restos en uno de los acantilados (Camino, 2007:87)
2007b: Camino Mayor, J.
El yacimiento estaría defendido por “una obra de fortificación que aísla el promontorio de la superficie continental.” Que se define como “una barra formada por un pequeño foso y un talud que cierra su escarpa interna”, llegándose a reconocer incluso la “primitiva entrada en rampa” que cruzaría oblicuamente los elementos defensivos. (Camino, 2007:87)
El talud, en algunos sectores, “remata en un lomo desparramado en el recinto” que es atribuido a un posible parapeto o a las huellas de una muralla desplomada. En uno de los extremos de las defensas, donde se abocan a los acantilados, se reconocieron bajo la tierra restos de ésta, “una fábrica de grandes piedras bastante regulares”.
Destaca, igualmente, que dichas obras defensivas delimitan “una superficie completamente llana, de cerca de media hectárea de extensión y de muy buenas condiciones de habitabilidad”. (Camino, 2007:87)
2014: Fanjul Peraza, A.
El enclave dispone de “una estructura simple que parece un pequeño foso, que cortaría la península donde se ubica el poblado, a 57 m. de altitud y con orientación N-S. “
Según Fanjul, “la existencia de restos defensivos a modo de torre medieval en el interior del recinto, la cual se conserva aún en parte, así como la muy escasa potencia de sus defensas y falta de cualquier hallazgo material, ponen ciertas dudas sobre la existencia de un castro en la Punta, ya que desconocemos si el pequeño foso podría pertenecer a un conjunto defensivo, e incluso habitacional, propio de tiempos medievales.” (Fanjul, 2014:157)
Periodización
No es posible establecer las fases de ocupación sin más conocimientos que los superficiales y a falta de hallazgos materiales.
Edad del Hierro
Para algunos autores, la distancia entre las líneas defensivas meridionales y la torre del extremo, así como la técnica constructiva utilizada en la misma le hacen descartar su contemporaneidad. Estas obras defensivas muestran, según este autor, más semejanzas “coles propies de los castros: asitiamientu, disposición del sistema defensivu, tamañu, dominiu territorial, capacidá habitacional, etc.” (Camino y Viniegra, 2002:34-35)

La Talá a vista de pájaro desde el SE . (Imagen: Eduardo Pérez-Fernández © 2015)
Tanto por estas características así como por su cercanía al enterramiento de H.uentenegrosu se ha sugerido un enmarque cronológico entre el Bronce Final y la Edad del Hierro, aunque sin descartar fases posteriores medievales. (Camino, 2007, pp.44)
Medieval
En base a los restos de la vigía así como la escasa potencia de las defensas se ha propuesto como fortificación medieval (Fanjul, 2004:103 y 2014:157), identificándose con alguno de los castillos del conde Piñolo, en el antiguo territorio de Aguilar (Camino, 2007:87).
Estado de Conservación
Los elementos defensivos han sufrido la colmatación y erosión característica por el paso del tiempo. Estado de conservación regular.

Modelo Digital de Terreno a partir de datos LIDAR (PNOA 2012) Ortofoto del PNOA (Diseño: Eduardo Pérez-Fernández © 2021)
Leyendas y Tradiciones
No se tiene constancia.
Bibliografía
CAMINO MAYOR, J. VINIEGRA PACHECO, Y.(2002) Los castros de la fastera oriental d’Asturies. Asturies: Memoria encesa d’un país. Nº 14, pp.20-35
CAMINO MAYOR, J. (2007) Fuentenegroso, un enterramiento del I milenio A.C. en la Sierra de Cuera, Asturias. Consejería de Cultura, Comunicación Social y Turismo. Ediciones KRK.
DEL FRADE, H. Y FIGAREDO, R., (2002) Marinos, Puertos y Barcos en la Antigua Asturias, Librería Cervantes, Uviéu.
FANJUL PERAZA, A. (2004) Los Castros de Asturias, una revisión territorial y funcional. Ayuntamiento de Teverga.
FANJUL PERAZA, A. (2014) Los Astures y el Poblamiento Castreño en Asturias. Tesis Doctoral. Universidad Autónoma de Madrid.