Miscelánea es como una válvula de escape para quienes estamos implicados en este proyecto. Es ese espacio desde donde podemos abordar los temas e inquietudes que nos apasionan, libremente y sin ninguna limitación. Personalmente, una oportunidad para transmitir los conocimientos que he ido adquiriendo como arqueólogo durante los últimos años tanto en España como en Escocia, que es donde resido actualmente.
Pero también es un reto. Sacar adelante contenido original y de calidad es una tarea ardua que requiere de tiempo y mucha voluntad. Para dar peso a cualquier afirmación o argumento hay que actualizarse constantemente y no dejar de investigar. Un compromiso con todos nosotros y con todos vosotros para mostrar el trabajo, sacrificio y la enorme exigencia que una aventura como esta supone. Y también un homenaje al primer gran investigador de los paisajes fortificados, la persona que empezó a mostrar a todos la riqueza arqueológica asturiana, el profesor José Manuel González y Fernández Valles. Miscelánea se llamaba su obra más señera y así, se denomina esta sección, en honor a una labor y un amor por la arqueología asturiana aún no superada.
Conociendo los paisajes fortificados
Las definiciones y conceptos son fundamentales para introducirnos en cualquier tema. Por ello, y para acometer esta empresa, es fundamental empezar por lo básico, saber que se entiende en arqueología por castros, castillos o cualquier otro tipo de fortificación. Después, ya sólo nos quedará ir reconociendo los elementos que los definen como tal y que, a la vez, los diferencian unos de otros.

Las murallas de módulos son uno de los elementos definitorios de los castros de la Segunda Edad del Hierro en el NW penínsular. Muralla de módulos en el Castiel.lo Venerio, Tineo. (Imagen: Eduardo Pérez-Fernández © 2020)
La idea es que, a través de una serie de entradas, todo el mundo pueda conocer más sobre estos lugares legendarios, sobre sus sistemas defensivos, las diferencias entre ellos y las categorizaciones propuestas por los arqueólogos. Igualmente, aprender a reconocerlos en el paisaje, a través de los elementos fundamentales que los configuran, sus obras de fortificación. Mostrar como los recintos fortificados pueden responder a diferentes fines, pertenecer a varios periodos y poseer una edilicia diferente entre ellos.

Felix Marcos frente a un foso durante la visita al recinto fortificado de San Xuan de L.lanuces, en Quirós. (Imagen: Eduardo Pérez-Fernández © 2019)
Tampoco nos olvidaremos de los últimos estudios relacionados con este tipo de yacimientos arqueológicos, analizando las diversas interpretaciones que imperan en los ambientes académicos y en algunos casos, si fuera necesario, hasta cuestionándolas. Eso sí, con espíritu crítico, alejados de presiones o corrientes. Porque el buen arqueólogo debe cambiar sus planteamientos en base a los datos, no forzar los datos para que concuerden con sus plantemientos.
Pero sobre todo, cumpliremos con la labor social de los arqueólogos de acercar el Patrimonio al alcance de la ciudadanía, no sólo al público especializado. La sociedad tiene todo el derecho a conocer su pasado. Y lo vamos a hacer.
Dar voz a cada yacimiento
Han sido tantas las visitas… pero después de todo, nunca han sido suficientes. En mi caso, las llevo haciendo desde que era un adolescente, casi como una obsesión. El resultado es que, después de todos estos años, ha llegado el momento de compartir experiencias, ahora, que el registro de visitas alcanza un número considerable. Toda esta información acumulada será la que nos ayude a completar este catálogo.

Visita al recinto fortificado inédito de La Corona, sobre Arenas de Cabrales. (Imagen: Eduardo Pérez-Fernández © 2018)
Porque cada reconocimiento es una aventura digna de contar, porque cada yacimiento tiene unas peculiaridades diferentes, unas connotaciones especiales, de hecho, no hay dos recintos fortificados iguales. Todos los enclaves que hemos tenido la suerte de reconocer han aflorado en nosotros unas sensaciones que nos vamos en la obligación de transmitir y compartir con vosotros. Es como una deuda con ellos, de constatar su existencia, de recuperarlos del olvido en el que se encuentran sumidos, de darles voz para que se sepa que aún siguen ahí, que, aún pueden ofrecernos mucho.

Cuando aún no tenía canas, orgulloso posando delante de La Cuguruta de Lligüeria, Piloña, mi primer descubrimiento. (Imagen: Eduardo Pérez-Fernández © 1993)
Concejo a concejo, yacimiento a yacimiento, el objetivo es mostraros cada uno de ellos a través de una serie de entradas online, con un enfoque y punto de vista diferentes a las metodologías y estrategias de comunicación que solemos usar los arqueólogos, limitadas normalmente solo a ámbitos académicos. De una manera cercana para el gran público, pero no por ello, dejando de lado el rigor y la objetividad, porque la erudición no debe estar reñida con la divulgación.
Presentar en sociedad nuevos descubrimientos
Durante todos estos años de reconocimientos, también hemos descubierto nuevos recintos fortificados, enclaves que no habían sido reconocidos nunca antes. Y todo ello gracias a las nuevas tecnologías, que durante este proceso de catalogación, muchas veces desde el propio sillón de casa, nos han permitido descubrir emplazamientos inéditos. Hemos ampliado con más de una treintena el número de recintos fortificados en Asturies, un número considerable, que confiamos ir aumentando cada año.

Algunos descubrientos han sido impresionantes, como el potente recinto fortificado localizado en el mismo Cabo Vidio. (Imagen: Eduardo Pérez-Fernández © 2020)
Eso sí, si bien en la gran mayoría de ellos su naturaleza fortificada en innegable, debemos decir que en otros, no muchos, ofrecen más dudas. En este caso su catalogación se ha tomado con muchas reservas, al no ofrecer unos indicios tan claros como en otros ejemplos. Aún así los hemos propuesto su inclusión como lugares de riesgo arqueológico o espacios arqueologicos. Todos ellos los iremos presentando en sociedad a través de diferentes entradas, describiéndo sus restos e intentándo indagar en su pasado hasta donde nos lo permitan.

Derrumbes de la muralla del Cuetu Chicu, unos de los «castros» inéditos en el sector Oriental asturiano. El yacimiento ha sido incluido recientemente en el IPCA (Imagen: Eduardo Pérez-Fernández © 2017)
Para garantizar su protección, se ha procedido a la elaboración de sus correspondientes fichas para su entraga en la Conseyería d’Educación, Ciencias y Deportes del Principáu d’Asturies.
Una medida imprescindible y necesaria para garantizar su futura inclusión en el Inventario del Patrimonio Cultural de Asturies, IPCA y en los Catálogos Urbanísticos regionales. Es la única manera de dotarlos de un mínimo marco legal de protección frente a indeseadas agresiones.
Estado de conservación y los riesgos que los amenazan
El estado de conservación de nuestro patrimonio fortificado, que como veremos no es muy bueno, también es fundamental. Es una labor ardua y complicada que implica un vaciado bibliográfico profundo sustentado en los inventarios arqueológicos provinciales. A través de éstos, ademas de ofrecernos una descripción de cada yacimiento catalogado, podremos conocer de primera mano el estado de conservación en el cual se encontraban así como todas las alteraciones que fueron apreciadas por el arqueólogo durante su reconocimiento.

Imagen aérea de lo que queda del castro de Llagú, Uviéu. (Imagen: Google Maps © 2028)
Ya que la mayoría de estos inventarios no han sido actualizados, no aparecen registradas aquellas agresiones perpetradas posteriormente a su elaboración. Para subsanar esta falta de información, haremos uso de diversas herramientas de análisis geográfico que nos van a permintir comparar el estado de cada yacimiento, desde los primeros inventarios hasta prácticamente el presente.
Sobra decir que también será obligada una visita a cada emplazamiento. Será la única manera de comprobar con nuestros propios ojos y sobre el terreno, el estado en el que se encuentra cada uno de ellos y los daños sufridos. A partir de aquí, ya podremos comenzar a evaluar el estado de salud de nuestro patrimonio fortificado. Avisamos que será un viaje desagradable pero, a la vez, necesario, sobretodo para concienciar a la sociedad y evitar daños como los sufridos por muchos de estos enclaves legendarios.