Hoy queremos haceros saber que hemos tenido el honor de publicar un artículo en la revista Arkeogazte, donde proponemos una revisión de la funcionalidad de algunos recintos fortificados del sector oriental asturiano basándonos en su morfología y su simbolismo en unos paisajes dominados por la caliza. Además, damos a conocer cinco yacimientos inéditos!!!! Aquí tenéis una pequeña introducción sobre lo que podéis encontrar en el artículo.😉

Derrumbes a los pies de la muralla de La Cuguruta, Piloña (Imagen: Eduardo Pérez-Fernández © 2021)
¿Son todos los castros poblados o aldeas fortificadas? Eso es lo que discutimos en este trabajo, analizando un grupo concreto de ellos, que tienen unas características muy especiales, tanto morfológicas como de habitabilidad. Los ejemplos analizados se localizan en elevaciones aisladas del entorno, estaban defendidos unicamente por una muralla que delimitaba un espacio interior o acrópolis poco apta para el hábitat estable y, sin excepción, todos se emplazan en lugares calizos en altura.

Aurelio del Llano y dibujo en planta del Picu’l Castru realizado por el mismo (Montaje: Eduardo Pérez-Fernández © 2021)
Un buen ejemplo sería El Picu’l Castru de Caravia, uno de los más carismáticos recintos fortificados de Asturies. Además de describirlo, analizamos los resultados de las dos intervenciones arqueológicas que se realizaron en el mismo: la de Aurelio del Llano entre 1917 y 1918 y la llevada a cabo por Gema Adán en los años 90. Esta última es precisamente la que nos ofrece una información determinante para entender este tipo de yacimientos arqueológicos.

La Cuguruta en el concejo de Piloña (Imagen: Eduardo Pérez-Fernández © 2021)
La distancia a cursos de agua, la extrema exposición a los elementos naturales y las características habitacionales del espacio intramuros son algunas de las realidades que nos hacen cuestionar la funcionalidad de este tipo de lugares. Es un hecho que podemos comprobar también en el enclave piloñés de La Cuguruta, descubierto en 2002 e incluido en el IPCA desde 2013. Como en el caso anterior, llama la atención el contraste entre la imponente muralla que protegía el recinto y la poca habitabilidad del espacio delimitado.

Cuetu Chicu en el concejo de Onía (Imagen: Eduardo Pérez-Fernández © 2021)
En este trabajo también hemos dado a conocer varios recintos fortificados inéditos como el Cuetu Chicu, en el concejo de Onís. Recientemente incluido en el IPCA podemos afirmar que por el momento es el único «castro» reconocido en este concejo. Además, nos abrió la puerta a la identificación de nuevos yacimientos en el sector oriental asturiano, un ámbito geográfico tradicionalmente considerado huérfano de este tipo de yacimientos arqueológicos.

Peñe Duce de Pen, Amieva (Imagen: Eduardo Pérez-Fernández © 2021)
Otro nuevo descubrimiento es la Peñe Duce, en el pueblo de Pen, concejo de Amieva. Se emplaza en un afilado picacho calizo en el que aún se pueden apreciar los cimientos de lo que fue su potente muralla. Protegía solo uno de los flancos del enclave y, a sus pies, aún se puede apreciar una imponente banda de derrumbes producto de su ruina. Se localiza en una posición central desde la que se controla la confluencia de los ríos Sella y Ponga. Un lugar con un simbolismo especial en el valle, sin duda.

La Llanaona de La Sinariega, Parres. (Imagen: Eduardo Pérez-Fernández © 2021)
Inédito también es La Llanaona, sobre La Sinariega, en el concejo de Parres. La muralla que lo defendía se construyó con bloques calizos, sin más elementos defensivos complementarios. Bueno, actualmente podemos reconocer otras obras defensivas en el lugar, pero son de tiempos más recientes: varias trincheras y un potente parapeto levantado con los derrumbes de la antigua muralla durante la Guerra Civil.

Imagen aérea del Cuetu Treciá (Imagen: Eduardo Pérez-Fernández © 2021)
El último yacimiento arqueológico inédito descrito en el artículo se localiza en las cercanías del pueblo de Suarias, en el Valle Baxu de Peñamellera. Se denomina El Cuetu Treciá y es uno de los ejemplos más orientales que hemos descubierto hasta ahora en Asturies. Tampoco parece un buen lugar para establecer un poblado… sin embargo, en su cercanía, en una cueva, se descubrió un interesantísimo conjunto funerario de la Edad del Hierro. ¿Quizás este tipo de recintos pueden responder a una funcionalidad diferente a la aceptada hasta ahora?

Fotografía aérea tomada el 09/10/1956 obtenida del CNIG donde se muestran los elementos defensivos de La Llanaona. (Montaje: Eduardo Pérez-Fernández © 2021)
Para sacar adelante este trabajo, hemos utilizado la tecnología LiDAR del PNOA así como la fotografía aérea y cartografía histórica del CNIG; también hemos realizado vuelos mediante drones que, junto a las visitas a los lugares, nos han permitido reconocer e interpretar los lugares mejor. No menos importante ha sido el uso de software SIG libre con el que hemos calculado las pendientes de los recintos, para poder analizar aspectos como su potencial habitabilidad o el espacio útil intramuros.

Vista general de El Picu’l Castro de Caravia (Imagen: Eduardo Pérez-Fernández © 2021)
Hemos revisado y analizado todas las posibles funcionalidades de este tipo de yacimientos fortificados, desde las clásicas que los proponen como lugares defensivos, aldeas o lugares de hábitat, hasta otras propuestas más específicas, como la de espacios especializados en la extracción de minerales o labores metalúrgicas o lugares ceremoniales de un marcado carácter simbólico. Hemos expuesto los pros y los contras de todas estas propuestas, decantándonos al final por la que creemos más acertada.

Vista general de la línea de muralla de La Cuguruta (Imagen: Eduardo Pérez-Fernández © 2021)
Este trabajo asienta las bases de una línea teórica que queremos ir desarrollando en posteriores investigaciones y artículos, siempre con el objetivo fundamental de comprender y revisar la funcionalidad de los «castros», que tradicional y mayoritariamente han sido considerados poblados fortificados. Aquí podéis descargar nuestro artículo